Con el tiempo traído de Inglaterra: lluvia y viento, hicimos la cola pertinente para acceder al palau.
Para abrir boca, los teloneros The Strypes fueron ambientando el frío estadio con su rock estilo rockabilly, puesta en escena a lo Liam Gallagher y un sonido punk y rock&roll muy bueno. De recomendada escucha estos chavalines que si siguen así, llegarán lejos.
Una vez los teloneros acabaron, montaron el escenario para dar paso a los mayores. Esta vez Alex Turner y los suyos salieron con “Do I Wanna Know?” como bienvenida.
La verdad que el cambio respecto a los anteriores discos de Arctic Monkeys era notorio. El ritmo del concierto a mi parecer fue lento. La transición y elección de canciones imprimían una pausa, o más bien, una relajación que se dejo ver en el descafeinado de sus hits más contundentes y en la cantidad de versiones con guitarra acústica.
No por eso no fue un gran concierto, temas como "Brainstorm","Crying Lighting" o "Teddy Picker" sonaron y la gente enloquecía.. pero no era lo mismo que años atrás. Aunque su sonido, voz e instrumentales están geniales, el tupé y los contoneos de Alex Turner, creo que le han hecho hacerse mayor y contemporizar mucho más su show.
En una hora y media puntualidad británica se marcaron el concierto y su bis. Para mi gusto demasiado corto.
No sonó "When the sun goes down" y algún minipunto negativo fue a parar a su marcador para mi gusto.
Sonaron "Fluorescent Adolescent", una descafeinada "Mardy Bum" y para finalizar el single del nuevo disco "Are U Mine". Un concierto bueno,correcto, contundente y sobrio, pero poco más.
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