Hay momentos en la vida que te descolocan, te desubican, te desvían de tu línea imaginaria hacia el futuro. Son en esos momentos cuando cualquier bache puede acabar de hundirte o hacerte reflotar. El concierto del pasado Sábado de Standstill fue de esos que te hacen reflotar, y en mi caso, dejar de pensar (por un rato), en problemas familiares que todos hemos vivido y pasado alguna vez.

En nuestra sala del extrarradio preferida Salamandra, en Hospitalet de Llobregat (al ladito de Barcelona), el longevo ya Let's Festival finalizaba sus jornadas de buen indie nacional con un concierto que congregó a una pequeña pero bien avenida familia de fans.

Con los primeros acordes de "Que no acabe el día" ya te das cuenta que Standstill no es un grupo cualquiera y que no es fácil de analizar.

Foto: @indie_polis
Para los neófitos en el grupo tenéis dos opciones:

1. Cerrad los ojos, dejarse llevar y disfrutar (sin preguntas por favor).
2. No venir a sus conciertos.

Para los que ya hemos tenido la suerte de venir a verles alguna vez, se entra en una especie de ecosistema musical/secta donde Montefusco, su cantante, hace las veces de "mesías musical" para llevarnos y transportarnos directamente de sentimiento en sentimiento hacía un climax de anestésia musical.

Foto: @indie_polis



Y el Sábado no fue una excepción. El grupo tocó mucho temas antiguos como "Por que me llamas a estas horas?", "Adelante Bonaparte" combinándolos con su último trabajo "Dentro de la luz".

Si aparte de todo el rollo que os he contado antes, le sumáis que  Standstill tiene como lugarteniente al maestro Ricky Falkner, que es capaz de tocar cualquier instrumento con una facilidad innata y trasmitir justo lo que quiere trasmitir, pues lo tienen más fácil.

Foto: @indie_polis


Como curiosidades que voy pensando cuando estoy disfrutando/analizando un concierto, os diré algunas que se me pasaron por la cabeza:

Standstill es un grupo muy de mujeres y que todas se rinden (por decirlo suavemente) a la barba pre-hispter y desaliñada de Montefusco.

El 90% de la calidad del grupo es la polivalencia que tienen todos sus integrantes de tocar cualquier instrumento. Eso da un valor añadido que sólo se completa con la voz del cantante. Todo un gran mix.

"Si vieras", es una de las canciones más bonitas y a la vez más tristes que he oído en mi vida. Me encanta y la odio a la vez.

En el bis, tocaron "1,2,3 Sombra", una gran "Poema nº3" y un final brutal con "Adelante Bonaparte I".

Foto: @indie_polis


Aunque faltaban algunos en ese concierto, acabamos el concierto con una gran sonrisa, buena compañía, tres cervezas y los oídos bien desintoxicados de toda la mierda de música que escuchamos normalmente.

Como conclusión final:

Standstill es una cura musical