Hay iniciativas que tendrían que estar inventadas de serie desde un principio y mira tu por donde, en Barcelona no había la de tener un festival en un parque de atracciones. Esto ya es una realidad y lo pude demostrar el pasado fin de semana en los conciertos de la primera edición del Tibidabo Live Festival.

A priori con una variedad climática brutal, el frío y la mala comunicación para llegar al cimo de la montaña de Barcelona hizo que fuera un festival con poca asistencia. Más el Sábado que el Viernes, pero aun así poca. Con un alto bagaje en el mundo indie (+35 años) y muy muy barcelonesa (unos aburridos del copón).

Con este maridaje faltaba la comunión entre público y bandas confirmadas. Los cabezas de cartel Mogwai y Yo La Tengo no fallaron en sus conciertos, pero para mi gusto no pegaban ni con cola en un cartel ampliamente oscurete, punk y garagero.

El viernes, Yo La Tengo fue de menos a más con una mezcla de noise-pop/shoegaze pero con un EXCESIVO ALARGAMIENTO DE LAS CANCIONES que hace que llegues a odiar mucho al grupo.

Yo La Tengo, Foto by: Indiepolis
Mención a destacar a la parte melódica con la voz de Georgia Hubley. La parte que más me gustó del concierto.

Los que fueron una gran sorpresa para mi fueron los holandeses Black Box Red. Una contundencia oscura y una energía brutal. Un grunge/garagero que con el ambiente tétrico del clima y la niebla del Tibidabo, parecía la BSO de una película de terror. Me recordaron a The Kills y me gustaron mucho. Entre medio de Yo La Tengo y Black Box Red, nos dio tiempo a ver a los vascos Niña Coyote eta Chico Tornado, donde una muy buena batería de pelos rizados le daba paso a los acordes punk/rock del guitarrista.
La jornada del Viernes no fue la mejor de los dos días, pero le dimos una segunda oportunidad al plato fuerte que era el Sábado.

El Sábado todo el mundo blogger musical dirá que Mogwai fueron lo más y que los asistentes al concierto llegaron hasta correrse dos veces mientras disfrutaban de sus eclécticas y experimentales melodías.

Mogwai, Foto: Indiepolis


Yo os diré que lo mejor de la noche fue Belako y que sí que Mogwai te transporta al país de las piruletas porque son muy buenos gestionando el ambiente. Pero no son un grupo para concierto.

Sé que puede sonar un poco egocéntrico, pero esto es un blog personal y siempre intento dar mi opinión y mi criterio a la música que me gusta y a la que no. No vamos a bailar el agua a nada.
Tengo un problema con la música instrumental: Lo reconozco. Eso hace que la opinión de base sea negativa y no vea encaje de un grupo experimental en un festival a pie de calle donde la gente va a pasárselo bien. Lo entendería en un Auditori, en un Palau de la Música o en un Teatro. Pero en un festival abierto, lo siento mucho pero no lo veo.

Mogwai me parece perfecto para escuchar mientras trabajas, en pequeño formato o para un día de lluvia. Nada más. Son musicalmente geniales, pero jodidamente aburridos en directo. Sólo mejoraron cuando salió Luke Sutherland que cantó y tomaron las guitarras para dar un toque más brit/post-rock al asunto.

Mogwai, Foto: Indiepolis


Después de la despachada a medio gas sobre Mogwai me viene a la mente lo que ya hace tiempo que es un secreto a voces. Belako son el grupo indie revelación nacional y con diferencia.

Lo de estos chavalines es imparable. Un directo eficaz, directo, punk/garagero y un soplo de aire fresco en el indie de este país.

Belako, Foto: Indiepolis
 
Gusta que haya un ala oscura en el panorama indie. Me encanta que alternen canciones en vasco con inglés. Aunque saben que con el inglés están consiguiendo el reconocimiento que se merecen.
 La mezcla de las voces de las integrantes femeninas con la de las masculinas hace que den un buen combo melódico. Las melodías que salen de sus sintetizadores, aporta mestizaje y calidad.
Me gusta como suenan y soy muy fan de Belako, si podéis no os perdáis un directo suyo. Palabra de Dandy.

Belako, Foto: Indiepolis

Para finalizar y como la jornada anterior. Entre Belako y Mogwai había el grupo a ver entre medio. Este caso era para los catalanes Ocellot, que desde el experimentalismo más hipnótico, les puedo clasificar cariñosamente como "los Arcade Fire cassolans".

Una buena mezcla de sintetizadores, voces y riffs, que hicieron una buena transición entre la contundencia de Belako y el original viaje sensorial de Mogwai.
Concluyendo. Una primera edición descafeinada, entre el clima y la selección musical variada, pero con proyección de futuro si se gestiona un poco mejor. Las primeras ediciones no son para triunfar, son experimentos para consolidarse.