Que Depeche Mode es un grupo consagrado es un hecho que ni el más alternativo, ni el más purista me podrá recriminar jamás. Eso es algo lógico ya que tienen 13 álbumes de estudio y otros tantos de directos, remixes y tributos.
Pues bien, ayer se presentaron en Barcelona sin dilaciones y como si con ellos no fuera la cosa, así como de pasada. Pero menudo recital nos ofrecieron...

Casi 15000 personas disfrutaron tanto de sus éxitos más consagrados, como de las nuevas canciones de su Delta Machine. La noche empezó con "Welcome to my world" y Dave Gahan apareció dando vueltas como una peonza flamenca, como dando la bienvenida a todos los asistentes. Siguió con "Angel"  y la chaqueta ya estaba fuera para lucir su ya típico chaleco.


Foto: Diario de Navarra

Siguieron los temas y empezó el bloque nostálgico, con temas de sus otras etapas "Walking in my shoes", "Precious" y "Black Celebration" así para comenzar...Ellos seguían sin inmutarse.

Aunque siendo un fanático tardío de Depeche por nacer después de ser ellos ya unos genios, llevo desde el 2001 yendo a sus conciertos y ayer noté un cambio de actitud y un regreso a sus origenes. Martin Gore volvía a pintarse las uñas y a llevar chaleco de cuero, Dave Gahan con sus ojos pintados...ayer eran más Depeche Mode que nunca!

Continuaban su repertorio combinando canciones con hits "Should be higher""Policy of Truth". Llegó el turno de Martin y sus baladas con una versión lenta de "Slow" y la pocas veces tocada "But Not Tonight" , que me enamoró con su calidez y ternura. Martin es el compañero musical perfecto para una balada.

Volvieron a hacer de las suyas esta vez con himnos como "Behind the wheel", "A Question of Time"  y una versión  funky  de "Enjoy the Silence" o "Halo". Mención especial para el batería porque se salió, brutal!













Foto: RollingStone 
  
Hicieron su bis característico para tomar aire y refrescarse y volvieron con la traca final con megahits como
"Personal Jesus", "I Feel You", "Just Can't Get Enough" y el típico final apoteósico moviendo los brazos haciendo aspavientos con "Never let me down again". 

Dos horas de concierto que nos dejan ganas de más, que contenta a todos, que se nota que son profesionales y no necesitan casi nada para llenar y tumbar cualquier estadio que se les ponga por delante.

Chapó Depeche Mode!