Otro año más, me siento encantado de poder ofrecerles en primera persona y gracias a los amigos del FIB, mi pequeña y humilde opinión sobre el Festival Internacional de Benicàssim (Mi segundo festival favorito).

Este año, parecía que el cartel no estaba del todo bien encuadrado, con bastantes grupos que se solapaban y una gran diferencia entre las grandes figuras (cabezas de cartel) con respecto al resto de grupos programados.

Fue una noche rara, no sé si porque me hago mayor, o simplemente porque la selección musical para la jornada del viernes no estaba del todo bien cuadrada para mis gustos. Pero al final, no me sentí tan mal…

Corrimos desde Barcelona para poder llegar a Gaspard Royant, al que me hacía especial ilusión ver. Un dandy moderno, cantando antiguo, qué más se puede pedir. No hay nada más reconfortante que ver un tupe y ritmos sesenteros en un festival indie. Me encanta, es mi debilidad.



El francés Gaspard Royant, se disfrazó de crooner/rockabilly y detrás de su americana blanca impoluta y se dispuso a “torear” el calor infernal de las siete de la tarde en el FIB. Con poca audiencia (por el horario y por el tipo de música), el cantante y su banda hicieron un gran show, con alegría, swing y mucho ritmo que empezó a agitar las engarrotadas caderas de los asistentes.

Gaspard agradeció el esfuerzo del público, bajando al escenario con la plebe. Corrió, saludó y abrazó a todo el que se puso por delante. Algo de agradecer en estos tiempos de “toco treinta minutos y me voy sin saludar”.



Con el buen sabor de boca que nos dejó la actuación de Gaspard Royant, nos fuimos a ver a un grupo que a priori no tenía pensado ver, pero que por horarios, nos encajaba. Los británicos Rat Boy. La banda me sorprendió gratamente… una mezcla de mini beastie boys garageros recién salidos de la pubertad y de una tienda de Urban Outfitters, me dejaron bien marcado.



Primero con su contundencia garagera y su rabia, segundo por la combinación musical, una mezcla de hip-hop, con acordes, arengas al público y mucha caña garagea. El cantante se acabó vistiendo de presidiario con mono naranja y ofreciendo un gran recital de acordes, riffs, melodías y rimas. El público (obviamente británico y teenager) lo pasaba en grande y algunos infiltrados como nosotros, también.

Tras la rara pero no menos divertida combinación de música que era pasar de Gaspard Royand a Rat Boy, tocaba el momento de hacer un combo concierto donde encajaban las (ya no tan hype) Hinds con sus riffs surferos, los madrileños The Soft Moon y su post-punk y La habitación Roja.



Tras unas pocas canciones de Carlotta, Ana y compañía, nos fuimos a ver a The Soft Moon y sus efectos pedaleros de guitarra.



Entre tanto grupo, hubo algo de tiempo para hidratarse, aprovisionarse en la sala de prensa , cenar algo y esperar a que pudiéramos entrar en el foso a fotografiar al siguiente grupo que queríamos ver: La Habitación Roja.



Los valencianos son ya unos clásicos del indie nacional y dejaron huella entre los presentes (esta vez, público nacional) que sabían a lo que venían y que querían corear los éxitos de la banda Los tuvimos que dejar pronto, porque se solapaban con otro gran grupo que me gusta mucho y nunca defrauda: Band of Skulls.

Para los que no hayan tenido el placer de escucharles en directo, háganlo, no defraudaran. Siempre me pregunto como de un trío tan peculiar, puede salir tan buena música. Tras algunos éxitos como “Light of The Morning” “I Know What I Am”, tuvimos que salir para acabar de Nuevo con La Habitación Roja (suerte que los escenarios están cerca) para nos perdernos sus más conocidos y preferidos hits “De Cine” y “Ayer”. Grandes Jorge y compañía.

Tras esta primera oleada donde encajaba la música sixtie, el hip-hop garagero, el surf femenino, el rock y los riffs y el indie nacional (por eso hablaba antes de programación musical curiosa, jejeje), tocaba el turno de una segunda maratoniana carrera alternando entre escenarios.

Esta vez para ver a unos de los cabezas de cartel de ayer, The Vaccines y su enérgico pop guitarrero.



Con una afluencia muy notable, se marcaron un buen concierto a nivel musical. Se ganaron a un servidor y a medio festival apareciendo con la canción de la intro de Juego de Tronos (en el bolsillo) y no dejaron momento para pensar porque las primeras canciones ya quemaron cartuchos con sus conocidos hits.

No pudimos verles enteros ya que seguíamos con nuestro tour y aunque les hemos visto veces, lo bueno del FIB es que mezcla grupos perfil british con grupos nacionales. Esta vez era Dorian y hacía tiempo que no les volvíamos a escuchar.

Marc y los suyos no defraudaron y canción hit tras canción como “El Temblor” o “Corta el Aire” se fueron acercando a los ya himnos generacionales como son “A cualquier otra parte" o “Tormenta de Arena”. Gran concierto de Dorian.

Volvimos al foso de los fotógrafos para deleitarnos con el rock duro y math de los escoceses Biffy Clyro. Unos portentos cañeros, que no defraudaron con su contundencia, bombos y riffs guitarreros más conocidos. Un buen espectáculo que combinó tralla y melodías más acústicas.



El final de la noche era el esperado como decía el cartel. Set de DJ y espectáculo visual de los maestros The Chemical Brothers.

Los de Manchester tuvieron una puesta en escena brillante, que hizo que nadie parara de bailar. No les había visto nunca en directo y tenía muchas ganas.



Poderles fotografiar a escasos metros fue muy satisfactorio. Pero lo fue mucho más cuando salieron y los primeros beats y melodías ya indicaban lo que eran… empezaban con “Hey Boy Hey Girl”, clasicazo donde los haya y muy potente en directo. También alternaron éxitos pasados como “Galvanize” con nuevos como “Go”.

El fin de fiesta llegaba para los dandies y tras una maratoniana montaña rusa de estilos musicales, nos despedíamos dela jornada del viernes del FIB.